PRIMERA DIVISIÓN / JORNADA 18

El Atlético mete miedo antes del derbi

Golea al Valladolid en una exhibición coral del equipo

Simeone salió con todos los jugones y el resultado le da la razón

Griezmann marca y rompe una maldición que duraba casi cuatro años

El Atlético llegará en forma a los cuartos de final de la Copa del Rey

Simeone le dio 15 minutos a Depay en el día de su debut

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El Atlético mete miedo antes del derbi
Tomeu Maura

El Atlético afila las armas ante el derbi del próximo jueves y le manda al Real Madrid un mensaje intimidatorio a costa de un Valladolid indefenso que pagó los platos rotos de los últimos fracasos rojiblancos. Simeone apostó por una alineación llena de jugones y el resultado le dio la razón porque el Metropolitano disfrutó como nunca con la mejor primera parte de la temporada. Por fin apareció el gol y lo hizo con una generosidad sin precedentes. Tanto, que hubo incluso ración para Griezmann, que no marcaba en casa en su estadio en un partido de Liga desde abril de 2019. Casi cuatro años ha tenido que esperar el francés.

Simeone reunió en el mismo once a Lemar, Correa, Griezmann, Llorente y Morata y lo hizo a costa de prescindir de un pivote defensivo y de retrasar a los dos franceses hasta zonas más cercanas al medio campo que a la delantera. Perdió músculo y presencia física, pero ganó en creatividad y sobre todo en fútbol, precisamente lo que se le echa en cara al argentino. La nueva versión de Lemar como medio centro resultó todo un éxito, y desde la fantasía que aporta junto a Griezmann el equipo arrolló a su rival. El Atlético no marcaba tres goles en una primera parte desde abril de 2017, cuando el Metropolitano aún no había abierto las puertas.

Dos minutos tardó el Atlético en crear su primera oportunidad. Nahuel filtró un pase en el área a Correa y el argentino le regaló el 1-0 a Morata, pero el delantero, a bocajarro, no pudo superar a Masip y envió fuera su remate. A los cuatro tuvo algo más de puntería y disparó entre los tres palos. Esta vez el portero rechazó con el pie. La jugada estaba anulada, pero puso en evidencia que el equipo había salido mandón y dispuesto a hacer valer su alineación cargada de atacantes.

Las estadísticas demuestran que Álvaro Morata necesita cuatro oportunidades para marcar un gol. Esta vez no fue necesario esperar tanto porque a la tercera fue la vencida. A los 18 minutos Griezmann se reencarnó en Houdini y habilitó de primeras a Morata, que sentó literalmente a El Yamiq para quedarse mano a mano ante Masip, al que batió con un disparo raso inapelable. 

El 1-0 destrozó al Valladolid. Lo dejó tirado sobre la lona a merced de un Atlético desatado que se afiló los colmillos para devorar a un enemigo desarbolado. Los minutos siguientes fueron un vendaval rojiblanco y tanto fue el cántaro a la fuente que acabó rompiéndose con un golazo coral que le sirvió a Griezmann para romper una maldición que duraba casi cuatro años. El francés empujó a la red un pase de Nahuel Molina y enterró definitivamente a todos sus fantasmas. Fue el momento culminante de una primera parte perfecta del subcampeón del mundo, que marcó un gol y dio dos, porque al primero de Griezmann hay que añadir el saque de falta que propició que a los 27 minutos Mario Hermoso batiera a Masip tras recoger el rechace del portero catalán a remate del propio defensa central.

El 3-0, ahora sí, aplacó la voracidad del Atlético, que decidió que ya era suficiente y que de lo que se trataba era de minimizar riesgos ante el derbi del próximo jueves en el Bernabéu. El equipo se tomó lo que quedaba de partido con mucha más tranquilidad y pronto empezó a moverse el banquillo porque Llorente se echó al suelo pidiendo el cambio tras quejarse de dolor en la ingle. Entró De Paul, recibido con pitos, y de paso Simeone aprovechó para proteger a Griezmann y lo mandó al vestuario para que entrara Carrasco.

Entre los cambios y la actitud pasiva del Atlético en ataque la segunda parte dejó poco para recordar, aunque estuvo mucho más cerca el 4-0 que el 3-1, sobre todo en un disparo de Correa que escupieron los dos postes después de que tocara levemente Masip. Por supuesto el momento álgido fue el debut de Memphis Depay, al que Simeone concedió el último cuarto de hora del partido. El holandés se acomodó en la posición de Morata y estuvo cerca del gol, pero le falta chispa y se nota. Tendrá tiempo para ponerse en forma porque, tras lo de hoy, está claro quién jugará arriba el jueves en el Bernabéu.

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